El contador de cuentos

Erase Una vez un país lejano lleno de bosque, ríos , piedras, caminos, casas y cosechas........... ¡huf! Parece que me estoy distrayendo.

 

Pues bien en ese lejano país, en una colina donde los pájaros anidaban en primavera, vivía Arturo ,el contador de cuentos. Era un hombre mayor , con el pelo blanco como el algodón de feria , los ojos llenos de mar y la cara surcada por miles de arrugas.

Todos le conocían , desde siempre , ningún habitante recordaba cuando se había instalado en la colina , quizás estuviera allí antes ..... ¡Ah! Y por descontado nadie sabía cual era su edad.

Este hombre habitaba una cabaña situada en lo más alto de la colina y cada viernes se ponía sus gafas de volar , montaba en su gran cacharro y se deslizaba mecido por el viento hasta aterrizar justo en la vieja escuela ,alli hacía un poco más felices a los habitantes de ese bello país.

Para todos, el viernes era un día muy especial, pues el anciano contaba sus historias y les transportaba a países lejanos , donde jóvenes doncellas bailaban y se enamoraba de príncipes maravillosos o quizás , fabulosos personajes luchaban ,volaban ....... y siempre siempre eran felices .

Todos podéis comprender , que un contador de cuentos es alguien muy especial , ya que era capaz de reunir a todo el pueblo , todos escuchaban sin interrumpir, incluso el señor alcalde que no tenía muy buenas pulgas permanecía en silencio hasta que Arturo decía FIN.

Después de la puesta de sol , cuando aún quedaba luz en el horizonte, aparecía a lo lejos la figura destartalada del ultraligero al que llamaban Albatros. Todos festejaban su llegada y acudían a recibirlo. El viejo aparato daba tumbos y saltaba peligrosamente amenazando con desmoronarse sin remedio , Pero ¡Sorpresa! Nunca decepcionaba a su público que lo miraba con la boca abierta y después de unos momentos de suspense pof tocaba tierra y aterrizaba sin problemas .Por fin Arturo bajas de su loco cacharro y entraban en las escuelas ,allí se acomodaban , y el anciano sacaba de su viejo gabán , un libro aún mas viejo y con voz clara y potente comenzaba su historia.

 

Erase una vez un mendigo que apenas podía mantener a su familia........

 

Después de leer un par de cuentos , cerraba el misterioso libro y con gesto teatral se despedía de todos .Su público protestaba , quería saber más, escuchar otra historia .

- Arturo, cuéntanos otra historia.

- Si por favor, cuenta la historia de Narciso

- Mejor la de los moustros besucones

- No se marche es tempranos sigua leyendo

Pero cuando Arturo cerraba el viejo libro las historias ya no había mas historias , él sonreía amablemente y se despedía.

Amigos el próximo viernes volveré con mas historias , pero ahora tengo una cita con una jarra de vino caliente en la posada de doña Clara ,y sin mas salía de las escuelas envuelto en si viejo gabán ciruela .

Todos se quedaban con ganas de escuchar más historias sobre todo los niño y entre ellos Damián , un pequeño pelirrojo que apenas podía ocultar su enfado y seguía al contador de cuentos hasta la puerta de la posada pidiendo sin tregua otra historia.

Un día , el pequeño Damián siguió al contador de cuentos hasta la posada y entro con él , cuando Arturo se quito el gabán para estar más cómodo , el pequeño delincuente cojió el libro del bolsillo y huyo aterrado. Ya no tendría que esperar hasta el viernes para ver danzar a Camila, o ayudar a Eolo en su búsqueda , ahora podría disfrutar de todas las historias ya no tendría que esperar al viernes , a fin de cuenta ya sabia leer.

El pequeño apretaba contra su pecho el preciado tesoro y podía oír su propio corazón. Estaba tan excitado que le fallaban las pierna y tubo que parar para tomar fuerzas, se sentó bajo un árbol y sin poder resistir la tentación abrió el libro para comprobar que sus paginas eran blancas como la luna llena que le iluminaba.

¿Dónde estaban sus princesas? ¿Dónde sus dragones?

Nuestro amigo se frotaba los ojos , pero allí no había una sola línea .Damián se sintió avergonzado y supo que no tenía que haber cogido ese libro y menos sin el permiso de su dueño . Nuestro pequeño ladrón no encontraba la manera de solucionar el lío en el que se había metido ,tenía que devolver el libro y pedir disculpas, pero era tanta la vergüenza que sentía que no se le ocurría como hacerlo . En esto estaba , cuando oyó un crujido a sus espaldas y al volverse para ver quien era , vio como Arturo se acercaba con paso decidido.

- Creo que tienes algo que me pertenece

- Lo siento, perdóneme , yo no.........

No sabia que decir, sabia que lo que había hecho era horrible , pero ya estaba hecho .El anciano viendo que Damián estaba casi a punto de llorar, le dijo.

- Devuélveme el libro , ¿Lo has abierto?

- Si – susurro el pequeño-

- Bueno, entonces te habrás dado cuenta de que no es un libro cualquiera, solo descubre sus secretos a su dueño , o a quien lo merece.

Damián se miraba la punta de los zapatos y callaba avergonzado.

- Quizás algún día puedas descubrir el gran secreto de estas paginas , pero nunca, nunca de esta manera, robar no es bueno , como tampoco lo es coger las cosas a escondidas, nisiquiera cuando pienses devolverlas .Comprendes lo que quiero decir .El niño asistió con la cabeza .Tienes que tener paciencia , Anda vete que ya es tarde

Damián no se movía , y con un hilo de voz preguntó

- ¿Vendrás el próximo viernes?

- Si me voy antes de media noche , si

- ¿Me dejaras escuchar tus historias?

- Claro que si , anda vete a casa , y no vuelvas ha coger nada sin permiso o acabaras en la cárcel .

- Le prometo que nunca haré nada igual

- Eso espero , ya que si no cumples tu promesa , el libro no hablara nunca más.

Damián se marcho a su casa sin comprender muy bien el poder de aquel libro , y desde luego en aquel momento no sabia que con el tiempo , el libro solo le hablaría a él , pero aquella noche si sabia , que nunca , nunca volvería a robar.

 

Fin

 

Noviembre de 1993